Este viernes, habitantes de Arandas, en Irapuato, Guanajuato, dieron el último adiós a los 27 jóvenes asesinados brutalmente el miércoles 30 de junio por manos del crimen organizado en el centro de rehabilitación ‘Recuperando mi vida‘.
En la iglesia del señor de Esquipulas, familiares y vecinos, que dicen tener miedo, pese a que Arandas es una comunidad tranquila, se congregaron para orar por el eterno descanso de quienes “buscaban reivindicar su vida, una segunda oportunidad al estar en el anexo”, comentó el párroco Evaristo Rosales.
¿fachadas del crimen organizado?
En su oportunidad, el presidente municipal de Irapuato, Ricardo Ortiz Gutiérrez lamentó los hechos, aunque admitió que algunos centros de rehabilitación sólo son fachadas del crimen organizado.
El edil detalló que el anexo, escenario de la masacre, operaba sin permiso y atribuyó el ataque armado a “una situación del crimen organizado, a la guerra del narco”.